“Autorretrato” por Rosario Castellanos

BIOGRAFÍA 

Rosario Castellanos fue una escritora mexicana que nació en México D.F. el 25 de mayo de 1925 y falleció en Tel Aviv, Israel, el 7 de agosto de 1974. Se licenció en Filosofía, en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ejerció numerosos cargos docentes, impartiendo clases en distintas instituciones y universidades, hasta ser profesora invitada en la Universidad de Jerusalén, donde permaneció también en condición de embajadora tres años hasta su muerte en 1974. Dedicó una extensísima parte de su obra y de sus energías a la defensa de los derechos de las mujeres, labor por la que es recordada como uno de los símbolos del feminismo latinoamericano


PARA INICIAR LA CONVERSACIÓN

  1. ¿Prefieres leer o ir al cine? 
  2. ¿Cuáles son algunas de tus reglas personales que jamás rompes? 
  3. ¿Te molesta algo de los grupos de los que formas parte? 
  4. ¿Qué es lo más importante para ti cuando te relacionas con otras personas? 
  5. ¿Para qué necesitas estar solo/a? 
  6. ¿Cómo sabes lo que necesitan los demás?

ACTIVIDAD AUDIOVISUAL

Mira el trailer de la película biográfica de Rosario Castellanos. ¿Qué puedes decir de su vida, sus relaciones, y su trabajo literario?
PREGUNTAS
  1. En los primeros segundos del video, ¿de qué crees que se tratara la película?
  2. ¿Por qué crees que dice “Empezó la partida.” cuando hace referencia su relación?
  3. Según Rosario Castellanos, ¿en qué batalla lucha las mujeres cada día? ¿Qué opinas al respecto?
  4. ¿Cómo presenta su relación romántica en el video?
  5. Por el transcurso del video, ¿qué adjetivos usan los críticos para describir a Rosario Castellanos?
  6. ¿Cómo se refleja sus ideales feministas en el video?

AUTORRETRATO

Yo soy una señora: tratamiento arduo de conseguir,  en mi caso, y más útil para alternar con los demás qué un título extendido a mi nombre en cualquier academia. 
Así, pues, luzco mi trofeo y repito:
yo soy una señora. 

Gorda o flaca según las posiciones de los astros, los ciclos glandulares
y otros fenómenos que no comprendo.

Rubia, si elijo una peluca rubia.
O morena, según la alternativa.
(En realidad, mi pelo encanece, encanece.)

Soy más o menos fea. Eso depende mucho de la mano que aplica el maquillaje.
Mi apariencia ha cambiado a lo largo del tiempo —aunque no tanto como dice Weininger que cambia la apariencia del genio—

Soy mediocre.
Lo cual, por una parte, me exime de enemigos y, por la otra, me da la devoción de algún admirador y la amistad de esos hombres que hablan por teléfono y envían largas cartas de felicitación.
Que beben lentamente whisky sobre las rocas y charlan de política y de literatura.

Amigas…hmmm… a veces, raras veces
y en muy pequeñas dosis.
En general, rehúyo los espejos.
Me dirían lo de siempre: que me visto muy mal
y que hago el ridículo
cuando pretendo coquetear con alguien.

Soy madre de Gabriel: ya usted sabe, ese niño que un día se erigirá en juez inapelable y que acaso, además, ejerza de verdugo.
Mientras tanto lo amo.

Escribo. Este poema. Y otros. Y otros.
Hablo desde una cátedra.
Colaboro en revistas de mi especialidad
y un día a la semana publico en un periódico.

Vivo enfrente del Bosque. Pero casi
nunca vuelvo los ojos para mirarlo. Y nunca atravieso la calle que me separa de él
y paseo y respiro y acaricio
la corteza rugosa de los árboles.

Sé que es obligatorio escuchar música
pero la eludo con frecuencia.
Sé que es bueno ver pintura
pero no voy jamás a las exposiciones
ni al estreno teatral ni al cine-club.
Prefiero estar aquí, como ahora, leyendo
y, si apago la luz, pensando un rato
en musarañas y otros menesteres.

Sufro más bien por hábito, por herencia, por no diferenciarme más de mis congéneres que por causas concretas. 
Sería feliz si yo supiera cómo.
Es decir, si me hubieran enseñado los gestos, los parlamentos, las decoraciones. 
En cambio me enseñaron a llorar.
Pero el llanto es en mí
un mecanismo descompuesto
y no lloro en la cámara mortuoria
ni en la ocasión sublime
ni frente a la catástrofe.
Lloro cuando se quema el arroz o cuando pierdo el último recibo del impuesto predial.


DESPÚES DE LEER

  1. El poema tiene muchos signos que identifican la clase social de la poeta. Haz una lista y trata de identificar su clase social. 
  2. Castellanos empieza el poema mencionando su título de “señora” ¿Cómo se consigue ese título? 
  3. La autora presenta una serie de descripciones físicas. ¿Cómo se identifica esta mujer? ¿Qué tiene en común con otras mujeres con respeto el peso, el color de cabello y la belleza? ¿Crees que la poeta de la mucha importancia a estas cosas? 
  4. ¿Cómo caracterizarías el discurso feminista de este poema? 
  5. La poeta se describe como mediocre y a la misma vez, revela su profesión de poeta, periodista y profesora. ¿Cómo interpretas esta contradicción? ¿Cómo crees que se considera en cuanto a su persona y capacidad intelectual en general? 
  6. Las últimas estrofas tienen que ver de alguna manera con el modo en que fue criada y habla de cosas que “debe” y no debe hacer. ¿Por qué crees que ella se siente obligada socialmente a hacer estas cosas? ¿A que se refiere con la frase: “Sufro más bien por hábito, por herencia…”? 
  7. El poema termina con su modo de llorar. No llora por las cosas grandes, sino por cosas triviales. ¿Qué podría indicar este detalle? 
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